¿Mi empresa cárnica necesita un ERP?

«Pero ¿qué es un ERP? ¿Para qué sirve? Mi empresa es demasiado pequeña… Ahora ya ganamos mucho dinero, no necesitamos nada de eso…». Estas son algunas de las preguntas y afirmaciones más escuchadas en una empresa cárnica cuando alguien plantea la idoneidad o no de implantar un ERP. Y estas dudas están plenamente justificadas porque la implantación de una solución de gestión que integre planta de producción y oficina es un proceso de varios meses, normalmente entre 6 y 12, y que conlleva una importante inversión económica y de tiempo.

Entonces, “¿por qué tendría que embarcarme en esta aventura?”, porque tiene importantes beneficios tangibles a medio y largo plazo. Veamos cuáles son los principales:

  • 1. Mejora la toma de decisiones.

Este es el primer beneficio a destacar porque supone un cambio cualitativo en la gestión de toda la empresa. ¿Por qué? Porque la definición misma de ERP lo incorpora. Un ERP no es más que un sistema informático que integra la información procedente de los distintos departamentos de la empresa para agilizar su flujo por toda la organización, lo que permite que la toma de decisiones tenga una base más sólida y consistente. Decisiones con información veraz.

  • 2. Se eliminan las duplicidades.

El acceso en tiempo real de la información por varios departamentos pone fin a los datos duplicados y a la repetición de tareas.

  • 3. Definición y mejora de los procesos.

Una buena metodología de implantación de un ERP requiere replantear la manera de trabajar de la organización y tener una mentalidad abierta a adoptar cambios que signifiquen una mejora en los procesos. De este modo, la implantación del software de gestión se convierte en una oportunidad de enriquecimiento en los métodos y rutinas de trabajo.

  • 4. Adiós a los errores humanos.

En el sector cárnico todavía se introducen muchos datos de manera manual. La automatización de la recepción de mercancía a través de lectores de códigos de barra, por ejemplo, elimina el factor humano y aporta solvencia a la información que se comparte en la empresa.

  • 5. Mayor eficacia y capacidad operativa.

Sin duplicidades ni errores humanos es el momento de automatizar tareas y crear flujos de trabajo que agilicen la gestión y permitan a la empresa aumentar su capacidad para realizar más operaciones de valor.

  • 6. Reducción de costes. y aumento de la competitividad.

Consecuencia de beneficios ya mencionados (eliminación de duplicidades y errores y automatización de tareas) es la disminución de gastos gracias a:

  1. Baja el coste unitario del producto.
  2. Mejora el tiempo de realización de los procesos.
  3. Aumenta la satisfacción del cliente al reducirse los errores.
  • 7. Trazabilidad de los procesos.

La posibilidad de identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de cada uno de los productos es un requisito legal y crucial para el buen funcionamiento de una empresa cárnica. La recogida de los datos que se producen en cada proceso, tanto en la planta de producción como en la oficina, gracias al ERP garantiza seguridad y cumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad alimentaria.

  • 8. Favorece el crecimiento de la empresa.

La mejor calidad de la información de lo que ocurre en la organización facilita el análisis de los datos claves para planificar la situación futura del negocio. El margen de maniobra aumenta al conocer con fiabilidad las áreas a mejoras y los puntos débiles que hay que corregir para que la empresa aumente su rentabilidad.

  • 9. Seguridad de la información.

El acceso a los datos recopilados por el ERP se realiza a través de permisos dependiendo del rol y el departamento al que pertenece cada usuario, De este modo se garantiza la integridad de la información, se evita la pérdida de datos y se tiene un histórico de las tareas y los accesos de forma personalizada. Además, el ERP cuenta con un sistema de copias de seguridad generadas de forma automática.

  • 10. Aumento de la competitividad.

Una buena solución de gestión adaptada a las peculiaridades de la empresa es un factor decisivo para la mejora de la competitividad porque:

  1. Hay un mayor control de lo que pasa en la empresa.
  2. Mejora la cohesión interna de la organización y se estandarizan las rutinas de trabajo.

La capacidad de respuesta ante imprevistos es más rápida.